Inty Raymi



El origen del Inti Raymi se remonta a la época de los grandes gobernantes Incas y a la cuna de su imperio: Cusco, cuya esencia ha sido desde esa época: rendir culto a las deidades andinas, agradecer por las cosechas obtenidas y exaltar la fecundidad de la madre tierra.
Esta festividad tiene un significado muy importante para el mundo andino al igual que las celebraciones religiosas para el mundo occidental. No es una festividad aislada, sin conexión con el resto de celebraciones indígenas que suceden en el año. Es más bien el clímax del ritual de la vida de la madre naturaleza que se expresa a través del ciclo agrícola andino. La fiesta es considerada como la celebración mayor de los Andes, tomando un lugar preponderante en la cultura de los pueblos indígenas. Esto se debe en gran parte a que es la época de la maduración de los frutos de la pachamama por lo cual hay una participación masiva de las comunidades en las cosechas que se ven en toda la región.
Al ser una festividad tradicional indígena, cada grupo étnico y cada comunidad tiene una fecha y un tiempo de celebración propias. Mientras varias comunidades inician el veintiuno de junio con el baño ritual en ríos, vertientes y cascadas sagradas, otras esperan la llegada del día y el momento apropiados para iniciar sus festividades.
En Imbabura, la festividad como tal inicia con el solsticio de verano el veintiuno de junio y se extienden hasta mediados del mes de agosto cuando termina con las octavas del pueblo Kayampi.

Esta celebración inicia el 21 de junio con el solsticio de verano, y se extiende hasta el 11 de agosto.
En todas las comunidades indígenas del cantón Otavalo, se realizan actos similares para le celebración del Inti Raymi. 



Los Cantos y las Danzas

En horas de la noche durante todos los días de celebración, el ambiente se inunda de música y por calles y chaquiñanes asoman comparsas. La conformación de los grupos de música es relativamente similar entre las diversas comparsas, siempre hay pingullos, flautas y armónicas y la mayoría de los grupos tienen instrumentos de cuerda como guitarras y violines. Muy pocos grupos incluyen el rondador y en cambio, en algunos se aprecia la influencia moderna en el uso de melódicas.
Durante la danza, las notas musicales de los instrumentos tradicionales producen un éxtasis de fuerza y coraje sin límites, sentimientos profundos que se manifiestan en expresiones lingüísticas de júbilo como el ¡churay! ¡churay!, canto que invita a zapatear con fuerza y sin parar, ¡jari! ¡jari!, ¡kulun! ¡kulun!, entre otros.
Las comparsas al son de “san juanitos”, en cualquier momento ingresan a una casa, sin tener que solicitar permiso pues es un honor para sus dueños recibir la visita de estos grupos. Inmediatamente se forma un círculo de bailarines que gira alrededor de los músicos quienes permanecen tocando en el centro, su visita rara vez excede los veinte minutos.
Al final de los cantos, la danza y la música, todos al salir de la casa que han visitado exclama un último ¡oooojaja!, que es una voz que denota cumplimiento, satisfacción y desahogo luego del ritual.
La danza y el zapateo tratan de mantener despierta a la madre tierra para que pueda recibir el karana o regalo a través del ritual del randi randi o reciprocidad.
La Rama de Gallos
Esta es una de las tradiciones más interesantes del ritual del Inti Raymi. Su origen nos lleva a la época de la colonia, donde en las haciendas se practicaba la uyanza o fiesta del regocijo después de la cosecha. Con el tiempo esta tradición se perdió y en recuerdo de ello se retomó este ritual con un cambio en su forma: la rama de gallos.
La Rama de gallos consiste en que una persona de la comunidad se compromete a hacer una fiesta en honor a las deidades andinas y asume la responsabilidad de un prioste. Este es un momento aprovechado para compartir con familiares, vecinos y amigos quienes acuden a la casa del prioste con un gallo y continuar con el ritual. Entonces los dueños de la casa preparan el “gallo caldo” y lo comparten entre todos. Luego, alguien del grupo asumirá la responsabilidad de prepararlo el próximo año pero con la condición de duplicar el esfuerzo para así convidarlo con la comunidad y lograr que este ritual siga subsistiendo a través del tiempo.

El Aumento, el Castillo y la Comida Ritual

Dentro de la cosmovisión andina existe el karana o regalo sagrado ofrecido en este caso a las deidades cósmicas y terrenales. Durante el Inti Raymi, las comunidades Kichwa Otavalo y Kayampi preparan un karana muy especial al que se lo conoce como castillo. El castillo es una enramada bien elaborada con carrizos en la cual se cuelgan diferentes clases de frutas, algunos panes, botellas de licor, dinero y ají.
Los priostes preparan el castillo cada año y de generación en generación y la persona que desea ser el prioste del año próximo arranca un poco el contenido del castillo.
Este es un ritual practicado con la finalidad de agradar a las deidades andinas y demostrarles la prosperidad que han logrado gracias a la fecundidad de la madre tierra.

Los participantes a más de utilizar su indumentaria tradicional, llevan puesto caretas, sombreros, pañuelos, zamarros.

Desde la época incásica se ha mantenido esta tradición, pero en la actualidad se aprecia la influencia de varias culturas y elementos ajenos a la celebración tradicional. 

1 comentario:

  1. Esperemos este año 2021 poder dar gracias a la pachamama por las cosechas

    ResponderEliminar